Adagio a mi continente

Chile: la tierra que vio nacer a tantos, que vio también partir a muchos.
Mi país: el lugar donde crece como infinito caudal la magia de la cordillera.
Cordillera, que si, une allá en Los Andes a tantos y tantos
Pero que acá, separa a cada tanto.

Ejemplo, el movimiento social que busca, precisamente, socializar la gran desigualdad que hay frente a la tierra.

La hora del balance, de seguro quedará tras el desastre.
La llegada de la risa, sólo cuando la alegría marque la prisa.

Al menos eso pienso tras escuchar al hermano del Uruguay Alfredo Zitarrosa, más bien a su padre.



Dice mi padre que ya llegará
desde el fondo del tiempo otro tiempo
y me dice que el sol brillará
sobre un pueblo que él sueña
labrando su verde solar.


pero, ¿y qué dirá Andrés?

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Vuelven los noventa al fútbol chileno

No sé si a ustedes les ocurrió lo mismo que a mi mente. Ayer en Chile bajo una buena lluvia jugaba la selección nacional de fútbol contra su símil de Estonia. Quince mil valientes pese al agua y frío estaban allí cantando por el equipo rojo.


Cuando llegaba el momento solemne –y a veces tan innecesario- de escuchar los himnos
de cada quien, se veía retroceder en más de una década a la afición: ¿qué era eso de cantar el “C H I” en medio del equipo contrario?, ¿tanto marcó la partida de Bielsa?, ¿volvimos a la época del nacionalismo barato?

Empezado el partido la transmisión de Chile Visión no ayudaba mucho. Los relatos cargados de no sé qué de Paulo Flores o las venditas estadísticas de cuanto marcaba el latir de cada jugador hacían pensar ¡falta poco para que aparezca un nuevo estelar como Viva el Lunes! Sin respeto, menos cariño por la virtud de lo diferente,
El partido de ayer estuvo demás.
Como fuere, las cosas han de ser como decía el Diego: “la pelota no se mancha”. Por eso, hay que quedarse con los goles, o al menos en eso creo.


Redemption Song: un ideal, tres voces

Hay de aquellas melodías que nos transportan a soñar.

Venditos son los acordes que le conforman, afortunados los que pueden darle forma.

Acá les regalamos, más bien mostramos, una canción espectacular del gran Bob Marley y que fue reversionada por Joe Strummer y luego por el mismo Joe, pero esta vez en compañía del maestro Johnny Cash

Tres versiones, igual número de voces. Con un mensaje claro: «nadie excepto nosotros». Puede liberar nuestras mentes. Hermosas melodías, donde dejamos –al menos la que a mí- me mostró esta canción:



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