La despedida sea por un tiempo breve o uno más extenso siempre marca lo mismo: un antes y un después en donde las historias como cuales series de TV esperan un siguiente capítulo que, dependiendo de su llegada, marca el devenir de los personajes.
Por ejemplo si un día te peleas con alguien en ese momento en que la otra persona desaparece el conflicto queda perpetuo en la irreconciliación, pero si por el contrario a esa persona la vuelves a ver el nudo dramático de la vida se estira un instante más dando la opción de que la disputa quede saldada.
De este modo la despedida pasa a ser el congelador de los momentos haciendo que la felicidad de una noche se mantenga incólume hasta el siguiente encuentro, en el cual puede proseguir , así como esfumarse.
Quizás entonces la despedida no es otra cosa que el generador de un hilo conductor de lo que vivimos, si fuimos felices en ese momento pensamos que se mantendrá para siempre; ¿Pero que pasa si somos infelices? Bueno aquí, yo creo, que la despedida se vuelve una agonía que espera ansiosa el próximo encuentro para poder enmendar lo herrado y recuperar lo perdido.
Eso es lo que espero yo que la despedida se esfume y que en vez de un adiós llegue un hola, ya que estoy cansado de seguir viviendo de ecos que al parecer se fueron para no regresar.
Por ejemplo si un día te peleas con alguien en ese momento en que la otra persona desaparece el conflicto queda perpetuo en la irreconciliación, pero si por el contrario a esa persona la vuelves a ver el nudo dramático de la vida se estira un instante más dando la opción de que la disputa quede saldada.
De este modo la despedida pasa a ser el congelador de los momentos haciendo que la felicidad de una noche se mantenga incólume hasta el siguiente encuentro, en el cual puede proseguir , así como esfumarse.
Quizás entonces la despedida no es otra cosa que el generador de un hilo conductor de lo que vivimos, si fuimos felices en ese momento pensamos que se mantendrá para siempre; ¿Pero que pasa si somos infelices? Bueno aquí, yo creo, que la despedida se vuelve una agonía que espera ansiosa el próximo encuentro para poder enmendar lo herrado y recuperar lo perdido.
Eso es lo que espero yo que la despedida se esfume y que en vez de un adiós llegue un hola, ya que estoy cansado de seguir viviendo de ecos que al parecer se fueron para no regresar.
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