Tras la masificación de la digitalización de la música, además de generar nuevas formas de escucharla, también se produjo un fenómeno nuevo: “la llamada democratización a su acceso”. Los que nos encumbramos cerca o pasamos los 30 años recordaremos cuando apareció un sin fin de servicios P2P como Emule, Imech, Kazaa y un sin fin más. Era genial, solo bastaba escribir la canción que se quería escuchar y dependiendo del ancho de banda contratado se podía tener aquel mágico tesoro, y lo mejor, gratis.
“Cómo Dejamos De Pagar Por La Música”, del periodista estadounidense Stephen Witt (bajo la editorial Contra, en 2016 buscó retratar y explicar este fenómeno. 3 fueron las vertientes de las cuales se valió para ello: por un lado la invención del mp3 en Alemania, gracias al trabajo incansable de unos ingenieros de sonido ; por otro, la nula capacidad de la industria para adaptarse a los nuevos tiempos alejados de la entrega en CD; y finalmente, un grupo de jóvenes, que buscaban, simplemente, reconocimiento.
De este modo, bajo 3 historias podemos ser testigos, a veces en forma de reportaje duro, otras en formato novelado, de cómo la forma de escuchar y encarar la música cambió para siempre.
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