El día que por fin llegó para terminar /(par II)

Part II: ¿Lo que pudo ser?

Pincha aquí antes de seguir por favor

strawberry fields forever

Por fin lograste cerrar tus hermosos ojos, y el silencio se ha apoderado de todo. Bajo a la cocina y me preparo un café buscando encandecer el interior de mi cuerpo, que demás está decir: “Se encuentra entumecido por las malas nuevas que me esperarán por la mañana”, cuando a la salida del sol se marque el principio del fin o el comienzo del ocaso.

Voy a la sala de estar, saco un disco y me dispongo a llenar el vacío con los acordes de alguna melodía atemporal. Curioso, era un disco de los Beatles que presintiendo lo que venía me regalaba una canción “Don’t let me down (no me dejes) y me invitaba a viajar a un mundo de campos y fresas (strawberry fields forever), y entonces ahí ocurrió: Nuevamente renacieron las esperanzas que creí destruídas, nuevamente me imaginé que podíamos ser el uno para el otro.

¿Quieres un helado? No gracias, prefiero un jugo.

Era verano y la pasividad lo reinaba todo. La joven pareja estaba disfrutando de lo que iban a ser sus primeras vacaciones.

Para él era su momento soñado, el que había buscado por todo un año o porqué no decirlo durante toda su vida. Para ella en cambio era un instante extraño, ya que nunca pensó terminar ahí con él caminando por el parque de la mano, ni mucho menos que después de tanto sufrimiento por fin, al parecer, la felicidad estaba llegando a su vida.

-No gracias, prefiero el de fresa, no me gusta el de naranja-

Un estallido se dejó sentir, era la taza del café que se había hecho pedasos. Una vez más me había quedado dormido soñando el instante que al amanecer sabía que nunca llegaría…

esta es la parte I


El día que por fin llegó para terminar (Part 1)

Parte I: El inicio

Casanova: Noel:

La noche se acerca y te haz quedado aquí conmigo. Es la primera vez que lo haces, y porqué no decirlo quizás la última.
Nadie nos mira, nadie vigila. Por fin, somos entes libres del destino y de todos. Finalmente, llegaste para quedarte, aunque sólo sea por una triste y cruel noche, mas lo hiciste y eso es lo que vale.
Me siento a tu lado, contemplando, riendo, sufriendo, llorando… sin saber que hacer o decir.
Las palabras sobran pese a que Finalmente, somos entes libres del destino y de todos: “sueña mientras yo, te canto un mundo frágil por recorrer”. Por favor, duérm y verás lo que mañana te traerá.
Que más da si mañana no estás, más lo importante es que hoy sí, y eso es lo que vale.
Cuanto quiero entregarte y decirte, pero no tengo posesión alguna, ni sé dar con las palabras ni las notas que reflejen lo que siento.
Miedo hay en tus ojos entrecerrados, pero por favor duerme y verás que mañana un mundo frágil habrá por recorrer, aunque yo no esté ahí para verlo contigo.


A la primera persona

Alejandro Sanz:
A la primera persona


Con una melodía vrealmente hermosa, que parece sacada de una marcha militar de la cual un corazón herido no pudo escapar, Alejandro Sanz nos entrega una verdadera obra maestra. Un nuevo clásico prácticamente desde el momento en que vio la luz este single.

Una letra impresionante, desgarradora, melancólica, decidora: una declaración, no sólo de amor, sino una oda a la verdad y al autoengaño, ese que nos creamos cuando buscamos dar con el olvido de ese ser que debió corresponder a nuestro corazón; pero que sin embargo, decide sin más, producto del miedo, o quizás del no creer irse en la búsqueda del camino fácil, ese que parece entregarlo todo, pero que en realidad sólo llena de vacío el espacio que alguna vez estuvo reservado a la dicha de la felicidad dura, pero completa.

Estos cuestionamientos y otros, sólo tienen respiro cuando en el puente de la melodía hace su aparición un solo de trompeta, que si bien no es brillante cumple, ya que en el dolor nadie (ni siquiera un músico de estudio), es capaz de abstraerse.

AQUÍ LA LETRA:

A la primera persona que me ayude a comprender pienso entregarle mi
tiempo, pienso entregarle mi fe, yo no pido que las cosas me salgan siempre bien, pero es que ya estoy harto de perderte sin querer (querer). A la primera
persona que me ayude a salir de este infierno en el que yo mismo decidí vivir le regalo cualquier tarde pa' los dos, lo que digo es que ahora mismo ya
no tengo ni siquiera dónde estar. El oro pa' quien lo quiera pero si hablamos de ayer: es tanto lo que he bebido y sigo teniendo sed, al menos tú lo sabías,
al menos no te decía que las cosas no eran como parecían. Pero es que a la primera persona que me ayude a sentir otra vez pienso entregarle mi vida, pienso
entregarle mi fe, aunque si no eres la persona que soñaba para qué (¿qué voy a hacer? nada). ¿Qué voy a hacer de los sueños? ¿qué voy a hacer con aquellos
besos? ¿qué puedo hacer con todo aquello que soñamos? dime dónde lo metemos. ¿Dónde guardo la mirada que me diste alguna vez? ¿dónde guardo las promesas,
dónde guardo el ayer? ¿dónde guardo, niña, tu manera de tocarme? ¿dónde guardo mi fe? Aunque lo diga la gente yo no lo quiero escuchar, no hay más miedo
que el que se siente cuando ya no sientes nada, niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor! pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.
A la primera persona que me ayude a caminar pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle hasta el mar, yo no digo que sea fácil, pero, niña, ahora mismo
ya no tengo ni siquiera dónde estar. A la primera persona que no me quiera juzgar pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas, yo no pido que las
cosas me salgan siempre bien pero es que ya estoy harto de perderte. Y a la primera persona que me lleve a la verdad pienso entregarle mi tiempo, no quiero
esperar más, yo no te entiendo cuando me hablas ¡qué mala suerte! y tú dices que la vida tiene cosas así de fuertes. Yo te puedo contar cómo es una llama
por dentro, yo puedo decirte cuánto es que pesa su fuego, y es que amar en soledad es como un pozo sin fondo donde no existe ni Dios, donde no existen
verdades. Es todo tan relativo, como que estamos aquí, no sabemos, pero, amor, dame sangre pa' vivir, al menos tú lo sabías, al menos no te decía que las
cosas no eran como parecían. Y es que a la primera persona que no me quiera juzgar pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas, niña, tú lo ves tan
fácil, ¡ay amor! pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace. A la primera persona que no me quiera juzgar pienso entregarle caricias
que yo tenía guardadas, yo no digo que sea fácil, pero, niña, ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar. ni siquiera dónde estar...

He de decir que: “Muchas canciones me han marcado”, sin embargo este es el retrato perfecto a lo irretratable, la narración ideal a lo incontable. Por eso, este tema se ha convertido, por lo menos durante un par de días en el nuevo himno a mi historia o aventura como quieran llamarle en pos de dar con eso que llaman “amor”. Las palabras sobran, mas el sueño escasea así que aquí se termina este seudo escrito, con la convicción de que esa “primera persona” ha, es y será siempre la misma.