Alta Fidelidad (1995) una novela actual que retrata un dilema de siempre

Alta Fidelidad es una novela de esas de cabecera. De esas que a medida que vas dando avance a sus páginas descubres que muchas cosas en las que crees o están equivocadas, o al menos no resultan satisfactorias de ser implementadas en la realidad. Escrita por el británico Nick Hornby durante 1995 es la historia de Rob Fleming,, un menómalo treintañero de la música, dueño de una tienda de discos, que a cada día que pasa se ve enfrentado a entender que la edad transcurre de forma inevitable solicitando evolución, por más que el no dude en categorizar todo lo que tiene a su alcance. Championship Vinyl es el nombre de la tienda de discos que monta en los suburbios de Londres junto a un par de amigos, Dick y barry, mientras que son 5 mujeres, las principales, las que le hicieron daño de verdad, a lo largo de casi dos décadas las que desfilan por su vida suponiendo un complejo aprendizaje. “me supuso descubrir que las mujeres son como son, que hacen lo que hacen y que luego pasa lo que pasa: se reservan las mejores prendas para esas noches en que saben que van a dormir en compañía. Cuando vives con una mujer, esas prendas indefinibles, esos trozos de tela desvaída, encogida, habitualmente comprados en las rebajas de Marks & Spencer, aparecen de pronto colgados de todos los radiadores de la casa, y tus lascivos sueños de adolescente, tu idea de que la edad madura iba a ser un tiempo en el que estarías rodeado de lencería exótica para siempre jamás..., todos esos sueños se desmoronan y se hacen polvo”. Sueños, que le hacen perder un día al amor de su vida, y que le llevan a pasarse el resto viendo el porqué de ello y el para qué. Su filosofía es clara: “la música sentimental tiene la especial cualidad de llevarte hacia atrás en el tiempo a la vez que te lleva hacia delante, y por eso te sientes nostálgico y esperanzado a la vez”. Quizás por eso grabarle una cinta a alguien no es un ejercicio cualquiera: “Para mí, grabar una cinta que le voy a regalar a alguien es como escribirle una carta: hay mucho que borrar, pensar a fondo, a veces empezar de nuevo, y quería que aquella cinta fuese buenísima, porque..., con sinceridad, no había conocido a ninguna mujer tan prometedora como Laura desde que empezara a pinchar discos, y conocer a mujeres prometedoras es en parte algo que tiene mucho que ver con eso de pinchar discos. Una buena cinta de recopilación, igual que una ruptura, es algo dificilísimo de hacer bien. Tienes que empezar con un tema arrasador; tienes que mantener el ánimo del oyente”. Novela fundamental a la hora de entender porque al segundo día el amor ya no se ve tan agradable como en el primero. Y es que a decir del protagonista: “Lo que ocurre es que la mirada del amor no es ni de lejos lo que yo esperaba que fuera. No tiene esos ojos enormes, desbordantes de un anhelo situado más o menos en medio de una cama inmensa, con las sábanas y el cobertor incitadoramente vueltos a un lado; es más bien esa mirada de indulgencia benévola que una madre dedica a su hijo pequeño al verlo gatear, o una mirada de divertida exasperación, e incluso una mirada de preocupación y de dolor. ¿Dónde está esa mirada del amor de la que hablaba Dusty Springfield? Olvídala. Es tan mítica como la lencería exótica”. Buen libro que no dudes en descubrir. Además existe su versión llevada al cineprotagonizada por John Cusac en el 2000 que también es buena, pero que producto del formato nos priva de los pensamientos de Rob. “Hay quien se preocupa, y mucho, de que los niños pequeños jueguen con armas de fuego, de que los adolescentes vean vídeos en los que la violencia es moneda corriente; nos da miedo que esa especie de cultura de la violencia termine por tragárselos como si tal cosa. A nadie le preocupa en cambio que los niños escuchen miles, literalmente miles de canciones que tratan siempre de corazones destrozados, de rechazos y abandonos, de dolor, tristeza, pérdida”. Buen libro que comprende el dilema fundamental: como crecer y no morir en el intento.
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